Consiste en la generación de energía eléctrica mediante paneles solares fotovoltaicos para consumo propio.
Las instalaciones de autoconsumo pueden llevarse a cabo en todo tipo de edificios como viviendas, industria, oficinas, comercios, hoteles, institutos, o edificios públicos y pueden ser aisladas o conectadas a la red eléctrica.
En el caso de las instalaciones conectadas a la red, es posible consumir de dicha red cuando la energía generada no sea suficiente para cubrir la demanda. Y si hay excedente en la generación, la energía sobrante puede o no inyectarse a la red según como se diseñe la instalación.
Las instalaciones aisladas no disponen de conexión a la red eléctrica, y el consumo provendrá de la energía generada en el momento o bien de baterías en las que se acumulará todo el excedente para cuando no haya suficiente generación o simplemente no la haya como por ejemplo durante la noche.
A día de hoy es posible abastecerse de energía renovable de forma rentable sin ningún tipo de subvención, de modo que un sistema de autoconsumo sólo ofrece ventajas tales como:
- Una notable reducción de la factura eléctrica en las instalaciones conectadas a la red, de manera que en aproximadamente 5 años se puede amortizar la inversión de la instalación cuya vida útil es de 25 años
- Aumenta el valor de la propiedad
- Se aporta al cambio a un modelo energético mas cuidadoso con el medioambiente, democrático, descentralizado y autóctono, ya que actualmente los recursos como el gas, el carbón o el uranio no son locales
- Se contribuye a la reducción de emisiones de CO2 y por lo tanto a detener y revertir el efecto invernadero causante del calentamiento global